Letreros típicos

[música cinematográfica]

Lugar de composición

San Sebastián

Año de composición

1938

Reparto

Dirección, argumento, guión, decorados y montaje: Enrique Jardiel Poncela
Supervisión (dirección técnica): Luis Marquina
Fotografía: Cecilia Paniagua
Sonido: León Lucas de la Peña
Sistema sonido: Tobis Klangfilm
Ayudante de dirección: Julio Rey
Títulos: Serny
Intérpretes: Enrique Jardiel Poncela (voz en off)
Laboratorios: Hispano Nacional Film
Estudios: CEA
Metraje: 274 metros
Paso: 35 mm
Procedimiento: blanco y negro
Versión: Sonora
Duración: 10 minutos
Producción: Cinesia
Distribución: Hispania Tobis S.A.

Bibliografía

Enrique Gallud Jardiel: El cine de Jardiel Poncela. Ediciones Azimut. Madrid, 2015

Felipe Cabrerizo Pérez: “La Atenas militarizada. La industria cinematográfica en Gipuzkoa durante la Guerra Civil (1936-1939)". Diputación Foral de Gipuzkoa, Archivo General de Gipuzcoa, Tolosa, 2007

Comentarios

La película pertenece a la serie Celuloides cómicos en la que se incluye Definiciones, Letreros típicos, Un anuncio y cinco cartas y El fakir Rodríguez.

Celuloides cómicos es una serie de cortometrajes humorísticos que la productora Cifesa comenzó a rodar en los madrileños estudios CEA en junio de 1936. A los primeros, “Definiciones” y “Ocho gotas de risa”, se añadió “Un anuncio y cinco cartas”. La serie era continuación de la serie Celuloides rancios que Jardiel Poncela haba realizado para la Fox Movietone en 1933. En ella se sonorizaba de forma paródica viejas películas mudas de intención melodramática que habían arrasado entre el público y que con la llegada del sonoro habían quedado ya anacrónicamente desfasadas. El estallido de la guerra interrumpió el rodaje y los materiales, pero “Definiciones” y “Un anuncio y cinco cartas” habían sido ya filmadas antes del estallido de la guerra, y posiblemente Poncela terminó su montaje en Barcelona con anterioridad al inicio de la contienda. 

Tras refugiarse en Argentina, Jardiel Poncela vuelve a España en 1938 y retoma la realización de los “Celuloides cómicos. Contó con un equipo, residente en San Sebastián y dos socios capitalistas: Luis Días Amado y Ángel Baselga. Se habilitó un local comercial de la calle Usandizaga. Allí concluye “Definiciones”, probablemente utilizando el material ya rodado previamente, y se realizan “El fakir Rodríguez” y “Letreros típicos” de manera algo artesanal. El propio Jardiel asumió varias responsabilidades hasta montar las cintas en el estudio de cine Requeté del barrio de Loiola. La interpretación corrió a cargo de varios actores que se encontraban de gira por San Sebastián y Jacinto Guerrero realizó la grabación de la banda sonora (gratuitamente) en el Kursaal en una única mañana. Las películas no fueron concluidas completamente hasta el final de la guerra, cuando se finalizó la postproducción en los estudios de la CEA. Desgraciadamente, sólo se conservan copias de dos celuloides: “Un anuncio y cinco cartas” y “El fakir Rodríguez”.

Celuloides cómicos muestra numerosas carencias, motivadas principalmente por la falta de medios para su realización y el estatismo de Poncela a la hora de dirigir el proyecto. Pero tiene indudable valor al ser un ejemplo de producción de cine de ficción en tiempos de guerra, con carácter completamente inédito y alejado del cine de propaganda habitual en la época. Una iniciativa interesante pero completamente aislada. Las productoras de la España nacional no encontraron nunca la posibilidad de levantar en suelo franquista cintas de ficción. Celuloides cómicos se consolida como un proyecto absolutamente pionero en la España nacionalcatólica que desgraciadamente nunca encontró continuidad.

[Felipe Cabrerizo Pérez: “La Atenas militarizada. La industria cinematográfica en Gipuzkoa durante la Guerra Civil (1936-1939)". Diputación Foral de Gipuzkoa, Archivo General de Gipuzcoa, Tolosa, 2007]

Enrique Gallud Jardiel señala que Celuloides cómicos está formado por cinco cortometrajes y no cuatro. El equívoco se debe a que los dos primeros se titulan “Definiciones” y “Letreros típicos”, y el tercero se llama “Definiciones y letreros típicos”. “Aunque estas películas no se conservan, no cabe duda respecto a este punto, pues lo indica el propio Jardiel, en una carta a su familia del 13 de enero de 1939: ‘Ayer acabé de rodar las películas: he hecho cinco en lugar se cuatro, como era el plan. Se titulan ‘Definiciones’, ‘Letreros típicos’, ‘Definiciones y letreros típicos’, ‘Un anuncio y cinco cartas’ y ‘El fakir Rodríguez’. Todas llevan, además, el título general de la serie: Celuloides cómicos."

Los tres primeros (“Definiciones”, “Letreros típicos” y “Definiciones y letreros típicos”) procedían de varios artículos escritos y publicados en revistas entre 1926 y 1928 y recogidos en El libro del convaleciente. “Un anuncio y cinco cartas” modificaba el trabajo Nueve cartas de mujeres y una de hombreaparecido en el semanario Gutiérrez en 1928. En este corto se tomaban a broma los anuncios por palabras que propiciaban encuentros amorosos a través de las páginas de los periódicos. Presentación del fakir Rodríguez había aparecido como monólogo en Buen Humor en 1928 y se fusionaba con otro escrito titulado Cómo contesta el eco.

[Enrique Gallud Jardiel: El cine de Jardiel Poncela. Ediciones Azimut. Madrid, 2015]